Hasta no hace mucho las empresas pensaban que lo único importante y que valoraban los trabajadores era su salario económico. Sin embargo existe otro salario, del cual se ha hablado poco y dado poca importancia y es a lo que denominamos "salario emocional".
Más o menos viene a expresar el grado de gratitud y satisfacción que cada persona siente y percibe que le aporta su empresa. Cuando las personas no perciben o reciben un salario emocional escaso, por muy bueno que sea el económico, se sienten como un número más en la empresa y tienden a esforzarse lo justo, a no participar, implicarse y aportar lo mejor de ellos/as mismos/as.
Permanecen en la empresa por obligación o porque no tienen otra oportunidad, pero no por lealtad. Que las empresas desarrollen actitudes de gratitud hacia sus personas es altamente rentable en términos económicos y emocionales.
Son muchos los momentos, en el día a día de la empresa, donde se puede expresar nuestra gratitud, contribuyendo al bienestar de las personas que influye en el nivel de esfuerzo.
Estas lineas estan recogidas del blog Industria y Servicio y el artículo continua allí. En principio está enfocado a los trabajadores de cualquier empresa, si bien yo lo he relacionado con el mundo de la educación. ¡Cuantas veces nos hemos planteado que muchas de las cosas que hacemos, "nuestros jefes" las valoran igual que si no las hacemos. Es mas, da igual que lo hagas o no. Te pagarán igual. El igualitarismo protegido rabiosamente por el sindicalismo y por gentes de poco espíritu favorece el aniquilamiento de las iniciativas individuales o de pequeños grupos y de los avances desiguales.
¡Menos mal que a algunos nos queda el salario emocional!
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