La asignatura de Educación para la Ciudadanía murió ayer. El funeral ha sido religioso: fueron los sectores católicos más reaccionarios quienes envenenaron a la opinión pública contra una materia que ni era adoctrinante ni atacaba a la familia ni a la libertad ni a los padres ni a sus hijos. El ejemplo más obsceno de esta campaña de propaganda, lo que resume cinco años de mentiras, es la manipulación informativa alrededor de un ensayo de la editorial Akal titulado también “Educación para la ciudadanía”.
Que una manipulación tan burda pase por buena demuestra una cosa: que la Educación para la ciudadanía es una asignatura imprescindible en España.
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