“No podéis preparar a vuestros alumnos para que construyan mañana el mundo de sus sueños, si vosotros ya no creéis en esos sueños; no podéis prepararlos para la vida, si no creéis en ella; no podríais mostrar el camino, si os habéis sentado, cansados y desalentados en la encrucijada de los caminos.”
Celestin Freinet
En tecnología educativa parecíamos condenados a vivir un ciclo repetitivo de “bombo, esperanza y decepción”: aparece una nueva tecnología con aplicaciones educativas, nos creemos que revolucionará la enseñanza y el aprendizaje y, tras un tiempo de experimentos, proyectos, etc. tras el que no pasa nada, nos decepcionamos. Entonces la abandonamos echando pestes nos “convertimos” a la siguiente tecnología que, naturalmente, lo revolucionará todo, etc. Y el ciclo vuelve a comenzar. Así ha sucedido, según algunos autores, una y otra vez desde hace décadas: el cine, la radio, la televisión, el vídeo, los ordenadores y ahora la Internet y la web 2.0, incluyendo los hipermedia y los sistemas tutores inteligentes.
Solo escapamos al “Día de la marmota” de la tecnología educativa, si reconocemos la “verdadera naturaleza del aprendizaje”. Recordemos que Bill Murray solo escapa del día de la marmota y Punxsutawney cuando deja de ser un egoísta engreído e insoportable y consigue la admiración y el amor de la maravillosa Andie MacDowell.
Pero la “verdadera naturaleza del aprendizaje” no es una, sino trina: la ya citada de distribuir materiales de aprendizaje, que es quizá la parte menor del papel de las TIC en el aprendizaje; en segundo lugar, apoyar la construcción de conocimientos utilizándolos en tareas de aprendizaje ; y, en tercer lugar, promover y facilitar el diálogo para “refinar la comprensión a través de la discusión, la retroalimentación y la reflexión”. Conclusión: si la tecnología digital, la web 2.0 y todas las fantásticas herramientas que tenemos las utilizamos para “presentar” contenidos, estamos condenados al fracaso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario