Que los docentes estén empoderados quiere decir que tienen acceso a una
formación de calidad, a remuneraciones justas y a unas oportunidades de desarrollo
profesional continuo.
El empoderamiento de los docentes implica la libertad de
contribuir a la elaboración de los planes de estudios nacionales y la autonomía
profesional necesaria para escoger los métodos y enfoques más apropiados para
una educación más eficaz, inclusiva y equitativa. Significa además que tengan la
capacidad de enseñar en condiciones de seguridad física y personal en momentos
de cambio político, inestabilidad y conflicto.
Sin embargo, en muchos países, la libertad académica y la autonomía de los
docentes se encuentran bajo presión. Por ejemplo, en los sistemas de enseñanza
primaria y secundaria de ciertos países existen unos estrictos programas de
evaluación que han supuesto una presión enorme para que las escuelas obtengan resultados en una serie de pruebas normalizadas, obviando la necesidad de contar
con un plan de estudios más global que dé respuesta a las necesidades diversas del
alumnado.
La libertad académica es fundamental para los docentes en todos los niveles
educativos, pero es especialmente fundamental para los profesores de enseñanza
superior, ya que fomenta su capacidad para innovar, explorar y mantenerse al día
de la evolución de la investigación.
En el nivel terciario, los contratos de los docentes
son a menudo de carácter temporal o coyuntural. Esto, a su vez, puede generar una
mayor inseguridad laboral, limitar las perspectivas de carrera, aumentar la carga de
trabajo y reducir los salarios, factores todos ellos que pueden restringir la libertad
académica y menoscabar la calidad de la enseñanza que pueden impartir los
docentes.
En este 5 de Octubre, Día Mundial de los Docentes, alentamos a colaborar en nuestro esfuerzo
por empoderar a los docentes para que puedan enseñar en libertad, de modo que
cada niño y cada adulto tengan la libertad de aprender, en favor de un mundo mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario