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La institución revoluciona
su gran obra al priorizar
la versión electrónica
sobre la impresa
El Diccionario de la Real Academia Española—la número 23— ya ha afianzado su nombre y se ha consolidado, sencillamente, como el Diccionario de la Lengua Española, evitando el término DRAE.
La transformación parece radical y definitiva. Internet ha impuesto su implacable metamorfosis léxica. Refresca, recibe y abraza términos polisémicos según las procedencias globales del español. Lo escucha, lo amplifica y lo enriquece.
Los diccionarios impresos adolecen ya de un límite de espacio. En la última versión cupieron 93.000 entradas. Las siguientes serán ilimitadas.
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