martes, 16 de julio de 2013

La escuela 2.0 desde la perspectiva de un profesor de lengua

Para cerrar este curso traigo un breve artículo de Felipe Zayas, que se publicó en la web del Centro del Conocimiento de Tecnologías Aplicadas a la Educación, de la Fundación Sánchez Ruperez:

www.educacontic.es

Desde mediados de la década pasada, mis clases de lengua y de literatura han estado marcadas por el uso de las TIC: he enseñado a mis alumnos a componer antologías de poemas con blogs y wikis; a confeccionar líneas del tiempo con diferentes aplicaciones; a navegar por la prensa digital y por bibliotecas virtuales; a administrar un blog como “cuaderno” de trabajo o como portafolio; a preparar visitas por el centro histórico de la ciudad  trazando previamente el trayecto en Google Maps; a buscar y seleccionar imágenes con licencia CC para usar en blogs y en wikis y a citar su procedencia; a usar marcadores sociales  para guardar y compartir sitios interesantes y para utilizados posteriormente en proyectos de trabajo; a grabar poemas, microrrelatos o fragmentos de cuentos  y a insertar los podcasts en sus blogs; a comunicar en foros o en blogs sus experiencias como lectores; a dejar comentarios redactados de forma cortés en otros blogs; a organizar su entorno personal de aprendizaje mediante el uso de escritorios virtuales; etc.

En estos ejemplos de usos de las  TIC se puede identificar un componente tecnológico –he hablado de blogs, wikis, foros virtuales, podcasts, marcadores sociales, líneas del tiempo virtuales, Google Maps-, pero el uso de estas aplicaciones   tiene la finalidad de componer diferentes clases de textos y publicarlos, de llevar  a cabo proyectos de trabajo en colaboración, de hacer públicos los trabajos realizados,  de compartir conocimientos, etc. En definitiva, todos estos usos de las TIC ilustran  la potencialidad de la Web 2.0 para crear, comunicar, interactuar y compartir.


Tíscar Lara ha afirmado que aquello que caracteriza a la escuela 2.0 no es el uso de una tecnología digital, sino el hecho de que en ella se aprende con la Red (esta proporciona herramientas y recursos para aprender),   se aprende en la Red (Internet se entiende como espacio de comunicación y vida digital), se aprende sobre la Red (Internet es también objeto de conocimiento), se aprende para la Red (los alumnos aprenden a construir su identidad digital y se forman como ciudadanos digitales).

Como profesor de lengua y de literatura, he de destacar el sentido que doy a la expresión “aprender sobre la Red”. Si la finalidad principal de esta asignatura es enseñar a usar la lengua en las diversas esferas de la actividad social, no podemos dejar de lado las nuevas formas de lectura, los nuevos géneros discursivos que han nacido con la Red, las nuevas destrezas necesarias para leer y escribir en Internet. Desde esta perspectiva, las TIC no son solo herramientas o recursos para enseñar y aprender, sino que forman parte del objeto mismo de enseñanza y de aprendizaje.

Con la Web 2.0 Internet ya no se puede concebir únicamente como una gran biblioteca,  sino que se nos ofrece como espacio para la creación y publicación de contenidos, para la interacción y la colaboración. Para la enseñanza de la lengua –y en general, en el ámbito educativo- ello significa la posibilidad de introducir en el aula contextos reales de comunicación, de diversificación de las fuentes de información, de recursos para llevar a cabo los proyectos de trabajo compartidos,  de intercambio y colaboración entre grupos de alumnos de diferentes centros, etc. Muchas de las propuestas procedentes de la mejor tradición pedagógica –aprendizaje basado en la actividad de los alumnos, trabajo por proyectos, lectura y escritura como prácticas sociales, interrelación del aula con el entorno social, etc.– siguen vigentes como características que identifican a la escuela 2.0.

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