Hoy a la mañana hemos tenido un claustro especial en el centro donde trabajo y, a lo largo del mismo, ha salido un inesperado debate sobre la religión, su obligatoria oferta, etc, etc ... No voy a discutir la ley. La acato aunque no esté de acuerdo con ella, pero siempre que sale el tema me surge la siguiente reflexión:
-Euskadi es una sociedad que garantiza la libertad religiosa y la separación de iglesia y estado, al menos hasta lo que le permite la firma del tratado con el Estado del Vaticano. Vivimos en una sociedad abierta y tolerante en la que todos tienen derecho a las creencias religiosas que poseen y de seguir sus prácticas religiosas, siempre y cuando no causan ningún daño. Esto debería de significar que la religión es un asunto privado.
Asuntos privados son aquellos que tocan la conciencia o estilos de vida de los individuos que las personas tienen derecho a perseguir.
-Una sociedad como la vasca debe proteger a su alumnado de cualquier adoctrinamiento, y al mismo tiempo proteger el derecho privado de los grupos religiosos para establecer sus propios centros de enseñanza en su materia en sus lugares de culto.
-Muchos creen que la enseñanza religiosa es un vehículo necesario para la educación moral y que los jóvenes no adquieren los valores éticos y normas morales sin ella. Este punto de vista es un insulto a los que no coincidimos con su doctrina. El profesorado de los centros también imparten valores morales, la mayoría lo hacen con bastante éxito a través de su ejemplo, sin recurrir a las fundaciones religiosas.
-Los hay que argumentan que nuestro alumnado en una cultura predominantemente cristiana debe tener algún conocimiento de la tradición cristiana, para que puedan apreciar el patrimonio artístico, la historia, y las tradiciones intelectuales de los que forman parte. Sin embargo, el patrimonio intelectual y artístico de la antigua Grecia - la poesía de Homero, las obras de Eurípides, y la filosofía de Platón, son parte de nuestra tradición también, sin embargo, no tenemos que creer en los dioses de la antigua Grecia con el fin de apreciar estas. Y por lo tanto, para enseñar cultura cristiana no hay que tener necesariamente el visto bueno de ningún obispo o autoridad religiosa alguna.
-Los jóvenes deben comprender las tradiciones religiosas que influyen en los acontecimientos mundiales y que se cumplen en nuestra sociedad multicultural. Sin duda. Pero esto se puede lograr de mejor manera desde una perspectiva abierta, laíca y democrática sin atender a instrucciones religiosas especiales que encima, se reservan su derecho a "suspenderte" la asignatura.
Ver : www.smh.com.au
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