Cartel de la campaña de la Conferencia Episcopal sobre la clase de Religión.Post recogido de elplural.com |
-Estamos en contra de que se utilicen los centros educativos públicos para desarrollar creencias particulares.
-Ocupar el horario de la educación pública para la impartición de la doctrina católica, transforma un centro educativo, tempo del saber, de la razón y de la creatividad, en un espacio para la catequización, suponiendo una contradicción esencial.
-Los acuerdos a los que aluden los obispos constituyen un abuso de posición dominante, en tanto en cuanto derivan de una negociación preconstitucional con el poder temporal del Vaticano, a través de la firma de un Concordato, que choca frontalmente con los valores laicos de una sociedad aconfesional.
-La revisión de la situación actual, para evitar convertir la laicidad, en laicismo, ateísmo o incluso en anticlericalismo, salvaría a la fe católica del integrismo y de una posible confrontación con otras confesiones y creencias.
-Por último, se denuncia que se sufrague la enseñanza de la asignatura con cargo al erario público, con un sistema de nombramiento de los profesores de religión que conculca los principios constitucionales de igualdad, mérito y capacidad siendo un despropósito que mientras el profesorado interino del resto de las materias está ordenado en las listas por criterios objetivos consensuados, los de religión lo sean por el dedo del Ordinario Diocesano, potestad ésta que sería comprensible si se tratara de una actividad extra académica, que es lo que se propone.
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