lunes, 12 de marzo de 2012

Google en la educación y el problema de la identidad


Durante tres lunes consecutivos, 12, 19 y 26 de marzo, vamos a realizar un taller sobre el uso de la web social en general y Google en particular en la educación. Será para HETEL, es decir, que contaremos con personas docentes vinculadas de distinta forma acentros de formación profesional. Como siempre que nos encargan este tipo de actividades, procuraremos favorecer primero una reflexión crítica sobre lo que supone hoy trabajar con las tecnologías en educación. En este caso, la reflexión tiene que ver, sobre todo, con Google.

Y es que ya un cierto tiempo que Google tiene toda una oferta a medida para el sector educativo. Sus herramientas, cómo no, permiten concretar eso que Marc Prensky explica en su libro Enseñar a nativos digitales. Y en esta parte del sur de Islandia, por cierto, hay una iniciativa muy interesante en curso: quienes usan Google Apps en centros educativos están organizando una asociación para apoyarse mutuamente. Entre otras personas que lo impulsan ahí está el aprendiz Ricardo Ibarra, que estará con nosotros el tercer día para explicarnos su experiencia.


En este artículo solo quería puntualizar sobre una cuestión delicada: la identidad digital cuando usamos Google. Al pasar a Google Apps puede suceder lo siguiente: a la cuenta personal que mucha gente tiene ya con Google se le añade otra nueva cuenta, esta vez “profesional” que le viene de la adscripción de su entidad a Google Apps. El asunto plantea algo que no por obvio deja de ser delicado: pasamos a tener dos identidades. Pero, claro, la segunda se puede añadir a la de quienes ya usan Google de forma intensiva. Y esto puede complicar la vida.

En el caso, por ejemplo, de Mondragon Unibertsitatea, yo tengo una cuenta de correo gestionada por Google con un dominio mondragon.edu (y un espacio de 25 Gb) pero que prefiero gestionar de forma conjunta con mi cuenta con gmail.com. Una redirección de correo puede ser suficiente. En mi caso no tengo problema en que sea así, pero puede que haya otras personas que prefieran separar su cuenta personal y su cuenta profesional. A fecha de hoy en Google no es posible fusionar cuentas.

Lo anterior supone que hay que estar al loro de si una invitación de Google docs por ejemplo está hecha a un usuario o a otro de los dos que puedes tener. Existe un artículo de ayuda del propio Google sobre “transferencia de datos de productos” que nos puede ser útil pero que no está exento de cierta complejidad.
En la mayoría de los casos, no es posible transferir productos de una cuenta de Google a otra. No obstante, puedes añadir nuevos productos a una cuenta existente en cualquier momento. Para obtener más información sobre cómo transferir datos, consulta la página dataliberation.org.
En definitiva lo que se pone sobre la mesa es cómo queremos gestionar nuestra identidad digital cuando nos llega una proposición derivada de nuestra actividad profesional que se superpone a unas prácticas cotidianas que tenemos más que interiorizadas. Esta nueva identidad de Google Apps (ámbito profesional) genera un cierto conflicto. Lo más cómodo es fundir identidades… ¿o no? ¿Añadimos al uso particular profesional? ¿Añadimos al uso profesional el particular? El orden de los factores, creo, altera el producto. Soy dos personas a las que puedes enviar un correo, persona[@]mondragon.edu y persona[@]gmail.com. ¿Quién quiero ser en cada momento y cómo lo gestiono?

Y termino con las implicaciones que tienen estas dos identidades para manejar el navegador. Porque si las tenemos diferenciadas, tendrás que ver cómo resuelves ante tu navegador (o navegadores) quién eres en cada momento. Una solución que es el uso de dos navegadores diferentes, uno asociado a una identidad con Firefox y otro a la identidad alternativa con Chrome. También dispones de Multifox como extensión en Firefox si no quieres cambiar de navegador.

En fin, que no sé si soy yo y mis neuras por la privacidad pero tiene su miga esto de las dos identidades con Google. Problemas de la vida moderna.

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