Contrariamente a lo que opina la mayor parte de los educadores, y a lo que se hace en la casi totalidad de los colegios, donde el uso del móvil está prohibido durante las clases, Lisa Nielsen cree que hay que permitirlo.
La experta estadounidense considera que hay que incorporar al aula las tecnologías que utilizan los alumnos. Y sacarles partido, en lugar de temerles.
La experta estadounidense considera que hay que incorporar al aula las tecnologías que utilizan los alumnos. Y sacarles partido, en lugar de temerles.
“Hasta que entran a clase, los alumnos están rodeados de tecnología, viven en las redes sociales, pero una vez allí los dispositivos digitales están prohibidos, son confiscados. Se sienten encerrados en aulas del pasado”.
A su juicio, “una escuela que prohíbe y confisca se parece a una prisión” y con estas prácticas “estamos limitando su productividad y creatividad, y sobre todo provocándoles mucha frustración”. “Hay que confrontar los miedos y disipar los mitos”, dice.
“Los alumnos pueden poner ellos mismos las reglas, decidir cómo se van a usar los dispositivos y qué consecuencias para ellos tendrán estas normas. No es un caos como dicen muchos docentes. Mi experiencia dice que se pueden integrar”, señala.
Para Nielsen, no se trata solo de móviles sí o móviles no, sino de unificar mundos o las “vidas paralelas” que parecen llevar los estudiantes. “El gran problema de la educación es que la escuela está muy desconectada de la vida real”, afirma Nielsen.
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