Muchos centros educativos están optando por cortar el acceso a redes sociales. En unos casos por miedo a la dispersión y baja productividad de los alumnos. En otros por cuestiones de privacidad.
En lugar de meter miedo, educar. En lugar de prohibir (y para convertir las redes sociales en objeto de deseo), enseñar. Según el diario Spiegel de Alemania las autoridades educativas del país están preparando una asignatura sobre privacidad en la que se enseñe a los jóvenes cómo manejar su identidad digital en sitios como Twitter y Facebook.
¡¡Cuántas cosas bastante menos importantes se imparten en las aulas y algunas, que serían realmente provechosas y necesarias, se ocultan o prohíben!!
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