Escuchaba el otro día en la radio a uno que se presentó como educador y que no recuerdo ahora su nombre. Comparaba el sistema educativo con una larga carrera de obstáculos y criticaba, con razón en mi opinión, que siendo los corredores distintos y con características muy diferentes, no se les puede poner a todos las mismas vallas ni las mismas dificultades, ni exigirles el mismo ritmo. Hasta aquí de acuerdo.
Si aceptamos que cada corredor tiene que tener sus propias y exclusivas vallas, las que tiene que saltar a lo largo de su proceso de aprendizaje, si entendemos que, manteniendo el ejemplo de las vallas, no todos tienen ni el mismo número, ni el mismo tipo, ni tan siquiera tienen que tenerlas a la misma altura, pero todos tienen que correr "aparentemente" la misma carrera en el mismo circuito, a veces pienso que nos estamos complicando en exceso y que cierta lógica estamos dejando de lado.
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