La Jornada, podemos afirmar con rotundidad, tuvo un balance claramente positivo. Y nuestra presencia contando la práctica de este último curso con los "sitios" de Google Apps, en el apartado de experiencias docentes junto a otros profesores del centro, Roberto y Mª Cruz, hablando de la experiencia de integración de lenguas, dejo constancia de la realidad diaria que hemos vivido este último año en el instituto.
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Algunas pinceladas:
El cabayo de Troya que supone para el sistema educativo actual la introducción en el aula de las nuevas tecnologías, que entre otras muchas cosas, tiene que reconducir la labor del profesor de "fuente de saber" a "guía" para alcanzar esos conocimientos, es una importante fuente de esperanza a medio plazo.
Prohibir el uso y la presencia de instrumentos consustanciales con su vida digital al alumnado en el centro es un error. La tolerancia pactada, dentro de una incertidumbre generalizada debería recomendarnos actuar en el mundo real con precaución pero también como guías en el uso y disfrute de esos instrumentos. Y entre ellos, querámoslo o no, está, sin duda, ese aparatito diminuto que sirve para grabar, oír música, intercambiar información, fotos, vídeos, datos, textos, y además, para hablar por teléfono. Deberemos mostrarles las posibilidades y peligros pero negar su existencia es cerrar los ojos delante del dragón.
Tiene que haber centros de recursos didácticos. Sí. Pero no esperemos a la existencia de uno que nos muestre un limitado y parcial recorrido educativo. Tenemos que aprender, para poder enseñar, a buscar la información que queremos y no volver a repetir la dejación que supone que nos tengan que indicar vía editorial que recursos utilizar en cada momento.
No llevar, y no dejar llevar el netbook a los domicilios es un grave error. Que a la familia le salga totalmente gratis, también.
La pizarra digital es el símbolo del periodo de transición entre la pizarra verde, la de la tiza, y ese mundo digital que empezamos a entrever, que ayuda a ese profesorado receloso a avanzar en su pedagogía docente sin abandonar ciertas costumbres y gestos muy arraigados aun entre el personal docente.
La formación del profesorado tiene, entre otros, tres elementos claves y necesarios:
-El compañero de centro al que en un momento puntual le puede plantear una cuestión que le ha surgido en ese instante y le permite salir del lance sin mayores problemas.
-La importancia de avanzar en un centro, utilizando términos ciclistas, en pelotón, muy alargado, pero unido, sin escaparse por delante, aunque a veces ganas no falten, ni descolgados por detrás, que se abandonen al miedo del cambio y se agarren como alternativa a la cultura docente del XIX.
-El aprendizaje en y desde la red social. Tan útil como el compañero de centro que te solventa un problema en un momento dado, puede resultar poner tu pregunta y la red y que alguien, desconocido y desde cualquier lugar, te la pueda resolver porque haya tenido ese mismo problema que tú solamente unos meses antes.
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