Tocó fin de semana en la villa del reino y al coincidir con la feria, no pude resistirme a visitarla. Me acerqué el sábado por la mañana, cuando el personal ya llevaba un par de días detrás de los mostradores y eso se notaba. El caso es que me recorrí los pasillos de la misma entre empresas que buscan su modo de vida en este apasionante mundo de la educación y del día a día de los centros educativos.
Del recorrido por el pabellón era fácil deducir que la "buena" educación cuesta una pasta. Desde las editoriales que te ofertan el mejor libro digital, "su" libro, eso sí, dentro de un precio "razonable", las revistas digitales y de papel que te prometen información sobre todo lo que te va a interesar a corto y medio plazo, las empresas de las pantallas digitales, las que te solucionan el problema de hacer los horarios del profesorado, las que te ayudan a custodiar las tabletas en armarios de seguridad, etc, etc, Todo dentro de su "módico" precio. Lo dicho. Una feria.
Pero simplemente echando una mirada rápida y general, se dejaba sentir la ausencia de una de las piezas clave dentro del mundo educativo actual, sin la que cualquier oferta queda completa y lamentablemente coja. Google y todo su entramado educativo estaba completamente ausente y sus diferentes soluciones en este campo parecían no existir en un entramado de ofertas, en general, mas caras y menos competitivas.
En octubre de 2014 montar una feria de educación donde Google Classroom esté ausente es presentar una oferta mucho más que diezmada. Que a Google no le interese estar en estos tinglados es una cosa, que los que pagan por tener stands prefieran que la competencia seria no haga acto de presencia por esos lares también, pero así, los visitantes de la feria solo hemos podido tener una visión excesivamente parcial de lo que hoy se oferta en el mundo de la educación.
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