Según cuenta Marta Fdez. Vallejo en la prensa de Vovento, el Departamento de Educación del Gobierno Vasco ha anulado un total de 60 cursos dirigidos a profesores por falta de matrículas durante este año académico. Los programas, que son gratuitos y se imparten fuera del horario laboral, tienen como objetivo la formación continua de los docentes en áreas como las nuevas tecnologías, el aprendizaje de idiomas y de las ciencias o el trabajo con niños con necesidades especiales, entre otras, según la articulista, que "dejaba caer", cuando menos, desinterés y algo más entre el personal docente, como preámbulo al justo y necesario recorte salarial que se avecina.
De la lectura del artículo, y sobre todo si te quedas en el titular, que decía exactamente lo contrario que éste, puedes sacar deducciones erróneas con relativa facilidad cuando no algunas especialmente estúpidas. Y el error no se lo echo esta vez a la Consejería sino al especial interés del mensajero en llamar la atención sobre un tema que siempre es de interés ciudadano.
La consejería que dirige Isabel Celaá, según el mismo artículo, va a llevar a cabo una revisión de estos cursos para hacer una oferta más «atractiva» y ajustada a «las actuales necesidades educativas» el próximo año. Sería un gran acierto que se realizase una re-adecuación a las necesidades reales del profesorado. Sin duda. Y textos como el publicado, tan genéricos y metiendo a todo el mundo en el mismo saco, en nada ayudan a clarificar dónde pueden encontrarse los desajustes y los desequilibrios.
La carta de respuesta de Elena Azkuna resume bien el malestar que el escrito inicial de Marta supuso para gran parte del profesorado.
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