"A lo largo de la primavera pasada, la totalidad de los colegios públicos de Euskadi han ido renovando sus equipos directivos. Y como viene siendo habitual, el proceso ha chocado con la falta de candidatos. Hasta el punto de que el 70% de las escuelas contarán con responsable nombrado de forma obligatoria por la administración. El cargo de director carece del prestigio y el reconocimiento social y económico que el puesto merece. Ésa es la principal causa por la que nadie, o casi nadie, quiera asumir la responsabilidad de forma voluntaria".
Asi comienza un artículo de Eduardo Azumendi en El Pais del pasado mes de junio. A lo ya dicho en el largo e interesnate artículo, yo añadiría que, entre otras motivaciones para no sentir "la llamada al cargo" estaría la sensación de ser el "saco de las hostias" desde arriba y desde abajo, de tal manera que la suma de ellas dificilmente compensa el interés por gestionar un centro en el que el margen de maniobra del que lleva el timón es, ciertamente, demasiado escaso.
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