La religión no puede ser nunca un elemento de separación en la escuela. Hombres y mujeres que profesan diversas religiones, hombres y mujeres que no profesan religión alguna han de crecer juntos y aprender y crecer y construirse en el marco de unas coordenadas comunes tanto el plano científico como ético, ancladas estas, en última instancia, en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
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