La comunidad musulmana se ha rebelado contra el centro de enseñanza permanente para adultos (EPA) de Ermua, que depende del Departamento de Educación del Gobierno vasco, porque no acepta su exigencia de mantener aulas destinadas exclusivamente para mujeres y para hombres. Y solo el temor a perder la Renta de Garantía de Ingresos (RGI), que exige a los beneficiarios estar disponibles para trabajar o recibir formación, ya ha empujado a algunos a ceder en su plante y volver a las aulas.
Quizás no hubiésemos llegado a este grado estúpido de exigencias si desde el principio se les hubiese dejado claro a todas aquellas personas que vienen a Europa huyendo de sus países, precisamente de religiones y militares excluyentes, que en Europa la religión se recoge en el ámbito personal, las administraciones oficialmente son laicas y ningún derecho ciudadano puede ponerse detrás o bajo las ideologías que se enfrentan a los derechos humanos de toda la ciudadanía, y para todo esto la Educación, con mayúsculas, es fundamental.
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