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martes, 9 de diciembre de 2008

La reforma educativa vuelve al cajón

Estaba cantado y lo que casi todo el mundo que gira en torno a la educación, excepto los más iluminados, podíamos preveer, ha terminado por suceder.

Ahora resulta que no hay días suficientes para remitir el plan lingüístico al Parlamento. Pues no habrá sido por falta de tiempo. Llevamos, por lo menos, toda esta legislatura con el tema. Las posiciones de las partes estaban manifiestamente claras desde los inicios. La necesidad de buscar puntos de encuentro eran evidentes incluso para los menos iniciados en temas de este calibre. Pero claro, lo que no se puede es tener una legislatura caliente, con la cuerda tensada a tope, tocando los ... a diestro y siniestro y delante del micrófono manifestar una inequívoca predisposición negociadora. Algo que a estas alturas de legislatura no se cree ni el último recien llegado al hemiciclo.

La sensación que deja a los que hemos seguido el tema con cierta distancia es de fracaso total, con la esperanza de que la consejería cambie de manos en el próximo gobierno y de que los que lleguen no tengan que volver a cometer los mismos errores para llegar a las mismas conclusiones, porque aunque sea dificil escarmentar en cabeza ajena, es lección barata y buena.

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