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jueves, 3 de julio de 2008

La información ya no es la fuente de poder y autoridad del docente

Durante siglos, el profesor era el depositario de la información que iba trasladando, año a año, a los alumnos sin más ayuda que los libros de texto, la pizarra y la tiza y algunos pocos medios didácticos que el alumno sólo podía utilizar en el aula. El profesor era el brujo de la tribu, sabía lo que había que saber y lo transmitía de la forma que se podía transmitir.

En líneas generales, en el aula se sigue con la misma metodología, despreciando la evidencia de que la información ya no es patrimonio del docente sino que, en grado superlativo, esa información está a disposición del alumno en un aparato que te permite buscar en segundos todo lo que se necesita saber; Internet es un magnífico instrumento que vomita información en tal cantidad que el profesor que lo desprecie o pretenda competir con él, está dando palos de ciego y dejando de ejercer su nuevo rol que consiste en convertirse en un agente organizador, capaz de hacer que el alumno sepa utilizar las redes pertinentes para pescar lo que necesite y para que la información llegue al estudiante en forma de conocimiento.

Extracto del artículo de Juan Carlos Rodríguez en EL PAÍS.

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