La relación entre la Conferencia Episcopal y la Federación de Centros de Enseñanza Religiosos (FERE) no parece que atraviese por uno de sus peores momentos. Los diferentes puntos de vista que existen sobre la asignatura "Educación para la Ciudadanía", que aborda el estudio de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de la Constitución y de los diferentes regímenes autonómicos, etc... todos ellos instrumentos para vertebrar una sociedad laica que defienda el derecho a la religión de cada uno de sus ciudadanos y ciudadanas, parece ser un buen motivo para el conflicto interno.
¿Qué es de todos aquellos que decidieron promocionar la objeción de conciencia frente a Educación para la Ciudadanía?
¿Qué es de aquella postura tan duramente defendida por Federico Jiménez Losantos, el locutor de la COPE que vertió duras acusaciones contra la Federación de Religiosos y el secretario General de la FERE, el padre Manuel de Castro. Tal como hace poco nos recordaba El Plural, estas descalificaciones acabaron con la paciencia de los religiosos que enviaron en el pasado mes de junio una misiva a los obispos exigiendo una rectificación pública.
¿Qué es de aquellos que defendían aquella campaña tan ardientemente para sumar nuevas objeciones de conciencia frente a Educación para la Ciudadanía y que ha fracasado estrepitosamente. Finalmente, tan sólo un 0,02% entre los 220.000 alumnos matriculados en el curso 2007/08 han objetado esta asignatura impulsada por la Unión Europea.
Parace ser que, afortunadamente, las tesis mas razonables de la FERE han sido las que se han impuesto y han realizado una "Guía para ofrecer EpC en centros católicos", guía que, por otra parte, la Conferencia Episcopal no ha “refrendando ni aprobado”.
Revuesta eclesial o no, las aguas bajan revueltas en el sector más conservador de las Iglesia católica.
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