lunes, 9 de enero de 2012

Una comunidad 2.0

Maricruz Colmenero, profesora de Lengua Castellana, está analizando los glogster, una especie de murales en línea, que sus alumnos han elaborado dentro del proyecto Plentzia Bizi para promover los buenos hábitos en el municipio. “En los murales, se integran textos, enlaces a otras páginas web, imágenes y archivos de audio o vídeo que los mismos alumnos han grabado. Esto es posible porque cada uno tiene su cuenta de correo, que le da accesoa su cuenta de YouTube y a un amplio conjunto de herramientas”, señala Colmenero.



Es una parte del proyecto de tratamiento integrado de lenguas, un trabajo colaborativo entre euskara, castellano e inglés que utiliza lasherramientas de la web 2.0. Al comienzo del curso elaboraron tresencuestas, en los tres idiomas, sobre hábitos de consumo, que enviaron a los usuarios de su web y a los trabajadores del ayuntamiento. La propia herramienta para crear cuestionarios generó de manera inmediata y muy gráfica los resultados. Con ellos tuvieron que preparar una presentación en inglés, un informe escrito en castellano y varias entrevistas en las tres lenguas, entre ellas, una a la alcaldesa.




En el proyecto Agenda 21, sobre medio ambiente, ocurre algo semejante en cuanto a la implicación del alumnado. En el site del proyecto se pueden ver las fases de la experiencia, fotos, presentaciones y todos los materiales. “Editar algo es muy sencillo –dice Ricardo Ibarra, responsable TIC–, solo hay que pulsar en ‘Editar página’ y rápidamente se pueden ver todas las posibilidades.” En el área de Inglés, los alumnos saben que pueden conseguir un punto extra en todas las evaluaciones si entran todos los lunes en las tareas propuestas en el site de la asignatura. Son actividades generalmente sencillas, unas lúdicas y otras más complicadas, que los llevan a tener que leer noticias del New York Times y hacer un pequeño resumen o a ver un vídeo y dar su opinión. “El trabajo me lo envían por correo y son actividades que no explicamos en clase –cuenta Roberto Fernández, el profesor de Inglés–. Los alumnos ya saben dónde están y cómo tienen que actuar y solo preguntan cuando no entienden. Esto ha favorecido mucho la comunicación por correo y chat. Es casi un abierto 24 horas.”


Para que todo esto sea posible, en el IES Uribe-Kosta, de Plentzia (Bizkaia), utilizan la plataforma Google Apps Education, una herramienta gratuita para educación, de la que Enrique Umaran, director del centro, señala que es “muy sencilla de utilizar por gente no habituada, cuya gestión de usuarios y permisos es muy ágil, exige poco tiempo de formación y su actualización es permanente”.



Implicar a todo el mundo


Cuando un profesor nuevo llega al centro, lo primero que recibe es una cuenta de correo con su nombre. Ya forma parte de la comunidad Uribe-Kosta. Esto ocurre en muchos otros centros. Pero lo novedoso es que, de forma automática, sin necesidad de darlo de alta en cada uno de los muchos sites y grupos existentes en el centro, se le abre la posibilidad de entrar en todos aquellos que comparte el profesorado: calendario, faltas, reserva de aulas, formación, horarios, seminarios, grupos... Algo semejante ocurre con el alumnado, cada uno tiene su site. Incluso la mayoría de los que han llegado este curso a primero de ESO ya formaban parte de la comunidad, puesto que recibieron la contraseña el día de acogida, que organizaron en abril, antes de terminar el curso pasado.

En el 2008, a través del grupo TIC, constituido ese mismo año, descubrieron la plataforma Google Apps Educational, que acababa de salir en Estados Unidos. “Seguro que habrá herramientas más potentes –señala Umaran–, pero con esta accedes al correo y a múltiples calendarios; puedes hacer encuestas fácilmente y guardar los datos automáticamente en una base de datos; abrir las presentaciones y directamente colaborar y trabajar varios alumnos en el mismo documento; crear sites sin estudiar ningún tipo de programa especial y, lo más importante, lo puede gestionar y editar todo el mundo y tiene unas potencialidades de colaboración y de trabajo en equipo enormes.”

Cuando empezaron con este proyecto tenían una idea clara: superar las aulas de Informática y llevar las TIC a las clases normales. Un aspecto llamativo del centro es que todas las aulas son de área, y es el alumnado quien se mueve. “Este hecho –señala el director– ha complejizado la organización, pero ha permitido que todas las aulas-área dispongan de material específico e informático. Con las aulas de grupo no sería posible.”

Todas las aulas disponen de cañón, ordenadores y pantalla digital, que el profesorado utiliza con frecuencia y, sobre todo, en el momento en que se necesita, casi sin planificar y de manera rápida. Estos recursos se han visto enriquecidos, este curso, con el equipamiento Eskola 2.0 que envía el Gobierno vasco, con portátiles para cada alumno de primero de ESO.

Es clave el proceso “Somos un pelotón ciclista –señala Ricardo Ibarra, el responsable TIC del centro–, en el que unos van por delante y otros en la cola, pero queremos llegar todos juntos a la meta, que nadie se escape y que nadie se quede descolgado.” Han podido comprobar que el uso administrativo fomenta el uso pedagógico y que un profesor no se atreverá a utilizar un site en su aula si previamente no ha sido capaz de seguir las reuniones de la comisión pedagógica o de su seminario, o no ha utilizado la plataforma para, por ejemplo, dar a conocer las fechas de sus exámenes, fijar salidas y actividades, reservar aulas y organizar reuniones.

Hoy más de dos tercios del profesorado tiene su site para sus asignaturas, donde alberga sus apuntes, materiales, programaciones y que emplea de forma habitual en sus clases; también una gran parte del alumnado cuelga sus apuntes, vídeos o presentaciones en su espacio, e incluso hay proyectos de uso conjunto entre profesorado y alumnado. El objetivo final: que el alumnado utilice estas herramientas, sin ninguna tutorización, para su trabajo académico e incluso para sus propios intereses personales. “Ya estamos dando pasos en ese sentido”, afirma el director.



Para el proceso de formación tienen una metáfora: la inteligencia de la hormiga. Todos pueden enseñar y aprender de otros. La idea es contagiar a otros profesores en todos los espacios del centro y en cualquier momento. En la sala de profesores hay ocho ordenadores, casi siempre ocupados para intercambiar información y resolver problemas. El director cuenta que hay “un pique positivo entre los profesores”.



No paran de surgir proyectos. Para este curso se han propuesto hacer una revista digital, será la segunda tras la que elaboran en el taller de prensa. Pero ahora están comprometidos todos los grupos de ESO, ya que de forma rotatoria, cada quince días, un grupo es el responsable de su elaboración.


“Las herramientas 2.0 son más una actitud que un tipo de aplicación –señala Enrique Umaran, el director–. La idea es no dejar la informática solo en manos de los entendidos, sino emplear herramientas sencillas y flexibles en su gestión, que permitan el intercambio y la colaboración, y que ayuden a que surja una comunidad educativa, y a democratizar un centro.”


(Artículo recogido del número 418 
correspondiente a diciembre de 2011
de la revista "Cuadernos de Pedagogía")

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