miércoles, 21 de septiembre de 2011

La gratuidad de la enseñanza obligatoria debería ser incuestionable

En unos tiempos en los que casi todo está en cuestión, a nadie se le había ocurrido cuestionar si la educación debe de ser obligatoria y gratuita. Pareció hacerlo el lunes Esperanza Aguirre cuando planteó que, si lo es en una fase, a lo mejor no tiene que serlo en las demás. Pero solo pareció. 

Más tarde matizó y dijo que se refería a estudiar un máster, algo que ratificó ayer su consejera de Educación, Lucía Figar. Los másteres, sin embargo, nunca han sido ni obligatorios ni gratuitos. Lo único que está así establecido son los 10 años de formación que van desde los 6 a los 16. El resto, con más o menos financiación pública, es voluntario. 

Descartado que la presidenta de la Comunidad de Madrid hable sin saber lo que dice, ¿a qué se refería exactamente?

Por otra parte, la plataforma Mejora tu Escuela Pública plantea aumentar la calidad de la enseñanza obligatoria con más autonomía de los centros y reivindica la necesidad de una escuela gratuita de calidad porque es la que puede encargarse de atender a la enorme diversidad de situaciones de quienes no pueden pagarse una educación privada

Para acabar, el ministro de Educación, Ángel Gabilondo, ya apuntó el pasado mayo hacia un modelo más parecido al expuesto en el párrafo anterior. Se trata de hacer pagar el precio real de la matrícula a partir de la tercera repetición de una misma asignatura y premiar a los alumnos que vayan al día con 150 euros. Este incentivo no entrará en vigor antes de 2013.

Y repite siempre que la educación es la mejor inversión. El camino que traza va a por más gratuidad, no a por menos.

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