viernes, 19 de diciembre de 2008

El velo de Penélope y la educación

Comenta Ramon Tamames en su blog, bajo el título de "Nuestro insatisfactorio sistema educacional", que los cambios operados en los últimos casi 40 años a partir de la Ley General de Educación de 1970, no han sido otra cosa que una sucesión de ajustes y reajustes. Como un perverso velo de Penélope, de tejer y destejer de normas que no han permitido aflorar el modelo educativo más conveniente. En esa dirección, si hubiera que dar cuerpo y alma al sistema para que funcione mejor, haría las siguientes recomendaciones:
1. La aventura de la vida. Se trata de que los alumnos lleguen a contar con un sentido de la propia existencia, y al respecto me permito exponer como paradigma el “Narciso y Goldmundo” de Herman Hesse, en cuyas páginas prevalece siempre el ansia de buscar nuevos conocimientos de paisajes y gentes.
2. El sentido de la Historia. En este caso, la referencia es Arnold Toynbee con su visión de los hechos históricos como “enseñanza para la vida”. Al modo del bifronte dios Jano, que contempla el pasado para luego percibir mejor el futuro.
3. Asumir las propias vivencias. En una suerte de autonarración continua, no para ensimismarnos al estilo de Amiel, sino para conducir nuestro propio devenir; como hizo Pío Baroja con su inolvidable “Desde la última vuelta del camino”.
4. El interés por la ciencia, al modo de Richard Feynman, esto es, como estudio del funcionamiento de la naturaleza. Como previamente enfatizó Ramón y Cajal en su “Los tónicos de la voluntad”.
5. El espíritu de empresa. Un factor primordial a considerar, para eludir el nuevo esclavismo de una vida simplemente asalariada, con el “trade off” de la cesión de libertades a cambio de seguridad; en contra de las pautas preconizadas por la Comisión Europea en Lisboa-2000.
6. Política y patriotismo, en asociación al sentido que le dio el Almirante Nelson antes de la batalla de Trafalgar, al transmitir su mensaje a la marinería: “Inglaterra espera que todos cumpláis con vuestro deber”. ¿Por qué no ha de decirse lo propio a los jóvenes españoles respecto de España?
7. La buena educación por parte de los padres, para evitar los males del abandono y la negligencia, como le sucedió al protagonista de “Casa de muñecas”, de Visen, que se lamentaba de tener que sufrir en su propio cuerpo las miserias “de los alegres años juveniles” de su progenitor.
8. La admiración y el aprendizaje de los grandes maestros y profesores, dos valores hoy en un declive preocupante, como ya lamentaba hace varias décadas Ortega y Gasset en sus escritos sobre la universidad.
9. Aprender a aprender y a emprender. Debe ser una de las claves de la educación, para inculcar los mejores métodos, de modo que los estudiantes aumenten por sí mismos su propio capital humano. Y de forma que sean capaces de emprender sus propias investigaciones de cara a la actual sociedad de información/conocimiento/imaginación.
10. No olvidar nunca que adolescentes son los que están creciendo, y que la educación es la actividad que conduce a dejar atrás la ignorancia. Recordando además que, con su esfuerzo, cada uno es herrero de su propia suerte.

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